Una verdadera enseñanza debe partir de los ejemplos que el niño conoce a través de su experiencia para mostrarle que lo que a él "le parece" o ha vivido son también problemas. Nuestra enseñanza prescinde del saber y la experiencia del niño, y le ofrece resultados finales del conocimiento, que no son más que verdades dogmáticas, carentes de vida e interés. Lo que el estudiante ha vivido, la manera como ve las cosas espontáneamente, lo que él piensa, todo ello no cuenta. En cambio, se le imponen resultados que supuestamente refutan su propia vivencia y que deben ser considerados como la verdad por el alumno. Este libro no analiza ni hace un diagnóstico sobre el sistema educativo, tampoco plantea una propuesta pedagógica o un modelo de currículo. Lo que sí hace el autor es una reflexión sobre todos estos temas, que puede considerarse visionaria en más de un sentido, que le permite afirmar que "la educación y los maestros nos hicieron un mal favor: nos ahorraron la angustia de pensar". La manera de enseñar limita, en su opinión, las capacidades de los niños, pensadores e investigadores en esencia, y los encauza en una senda conformista a partir de la repetición de datos inútiles. Esta formación produce personas que no piensan por sí mismas, pero son buenas para obedecer. Educación y democracia se publicó hace veinte años, es otra de las obras clásicas de Estanislao Zuleta, uno de los pensadores más importantes de la historia de Colombia, rescatada por la vigencia de sus ideas.
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
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