Este libro, como lo señaló en su momento la autora, es un resultado no planeado de años de indagación y reflexión. La tarea de volver sobre textos ya publicados en distintos formatos y momentos la condujo a desvelar, para sí y para sus lectores, lo que podría ser el hilo conductor de la compilación: la formación histórica del Estado nacional moderno en Colombia. Un eje de indagación permanente en su trayectoria, fuente de elaboraciones teóricas y novedosas perspectivas interpretativas de un pasado nacional que irrumpía, de manera insistente, en su aguda mirada de investigadora. En los escritos compilados en Nación, ciudadano y soberano es posible advertir que siguió caminos no convencionales e hizo preguntas incómodas para interpelar las tendencias explicativas del momento, con relación al carácter deficitario del Estado nacional en contextos como el latinoamericano. Más allá de examinar las características supuestamente faltantes respecto al modelo occidental, buscó descifrar los rasgos de nuestra realidad nacional. No trató de confirmar que Colombia asistía a marcadas ausencias -del Estado, de la ciudadanía, de la nación-; al contrario, buscó las huellas de procesos constitutivos y constituyentes de estas categorías en una realidad diversa, compleja, paradójica. Encontró y documentó en las “expresiones regionales diferenciadas” de la guerra en Colombia “un camino” explicativo de los tipos de Estado y ciudadanía realmente existentes y de la permanente disputa por la soberanía nacional. [Tomado de la contratapa del libro].
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
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