Hay un lugar común que no debería serlo: la frase "este es un libro necesario" debería seguir siendo un hallazgo. No debería considerarse un cliché porque el mundo está lleno de volúmenes que solo les sirven a sus autores, y por un rato nada más. Digo lo que digo porque este estupendo retrato de la honestidad, la impunidad del poder, que es la suma de dos biografías de los hombres "para la eternidad" de apellido Velásquez, llega a las manos de los lectores en un momento crítico y cínico de la historia en el que han estado haciendo mucha falta los ejemplos de los funcionarios que se juegan la vida por obrar bien, por exorcizarle a la sociedad sus fuerzas ocultas.
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
Comentarios
Publicar un comentario