Se estudia el desarrollo económico de Antioquia, la región más industrializada de Colombia, comenzando en el período del "laissez-faire" y de la formación de vínculos más estrechos con la economía mundial, y terminando con los comienzos de la industrialización moderna. Se examinan cada una de las actividades económicas básicas realizadas en Antioquia en el siglo XIX, estudiando las relaciones y continuidad que existió entre ellas y sugiriendo las causas por las cuales unas tuvieron éxito y otras fracasaron. Los aspectos tratados son : los recursos humanos en el desarrollo económico antioqueño; capital, crédito e instituciones financieras; la actividad minera en el siglo XIX; la colonización de la frontera y las oportunidades económicas y sociales que ofreció; la industria ganadera; el desarrollo de la agricultura; el crecimiento de la oferta y la demanda en el mercado de bienes manufacturados; el desarrollo de las industrias manufactureras; mapas. Se observa que la continuidad de la influencia política, económica y social que caracterizó a Colombia desde la independencia fue evidente especialmente en Antioquia, donde unas pocas familias conformaron desde muy temprano la clase empresarial. Aunque el impulso económico definitivo lo dio el café, fue la industria minera la que creó un ambiente comercial y conformó la mentalidad social, las actitudes frente al trabajo y las técnicas necesarias al desarrollo. Se concluye que el fenómeno económico antioqueño se debe a que fue la única región donde se presentaron al mismo tiempo y con suficiente intensidad las cuatro condiciones fundamentales para que surja la industrialización con carácter netamente nacional; estas condiciones son : la existencia de un espíritu empresarial, la capacidad de financiar la industria, la capacidad de adaptación a la nueva tecnología y la existencia de un mercado de trabajo para personal calificado y no calificado.
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
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