En este libro se recogen tres tipos de textos. Los primeros, y los más valiosos, son transcripciones de charlas o conferencias de Carlos, que él solía dar solo con el auxilio de unas cuantas tarjetas de apuntes que le ayudaban a no dejar por fuera ninguna idea y a exponer en orden sus planteamientos. Esto ha sido posible gracias a algún soporte magnético o electrónico, o gracias al acucioso oficio de amanuenses y copistas que no permitieron que esas palabras de Carlos se las llevara el viento. En estas transcripciones de su voz están presentes, además de sus ideas, algunas de sus pasiones: la filosofía griega; la búsqueda de un lenguaje preciso según el ideal de los pensadores del Círculo de Viena; la música, las artes y la literatura; el liberalismo, las libertades individuales, la educación, los derechos humanos y la posibilidad de una democracia efectiva; la hipocresía y mezquindad del sistema político colombiano… El segundo tipo de textos son unos cuantos que Gaviria efectivamente redactó y publicó en periódicos o en algunas revistas académicas, entre ellos algunas sentencias, salvamentos de voto o resúmenes de sentencias. Y, por último, se recogen los testimonios de personas que tuvieron la suerte de conocer e interactuar con Carlos bien sea como alumnos, amigos, colegas o familiares. En resumen, este volumen, que es ante todo un homenaje al hombre pulcro y al gran maestro que fue Carlos Gaviria, aspira a ser un retrato fidedigno de una figura fundamental de la vida colombiana, tanto como profesor de derecho, como magistrado, como político a pesar de sí mismo, y también como intelectual, pensador, amigo, padre y marido.
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
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