Todos hemos oído hablar de seres mágicos y misteriosos, de bosques oscuros y lugares sombríos, poblados por criaturas con las que no quisiéramos encontrarnos. Aunque hay quienes creen en estos seres monstruosos y quienes no, siempre quedará la duda de si son reales o fantásticos; y esta duda nos hará sentir escalofríos cuando escuchemos hablar sobre alguna de estas bestias y sobre la posibilidad de que se aparezca en nuestro camino. Alguien lo contó una vez y alguien más lo repitió, y aunque preferimos dormir tranquilos, no podemos evitar el placer de escuchar estos cuentos que nos dejan Con los pelos de punta.
Agua. Agua en infinidad de lugares y manifestaciones. Aquella que brota en pozos y manantiales o la que en forma de cascadas o en infinidad de arroyos busca presurosa la planicie aluvial. Estas corrientes de vida también se enuncian en la multitud de ciénagas que horadan las sabanas o en la miríada de los ríos, esteros y manglares que unen la tierra con la profunda oscuridad del océano. Desde aquel diario con estos y otros mil rostros que ofrece el universo acuático, las comunidades afrodescendientes del Chocó han creado no solo variadas posibilidades de supervivencia material, sino un conjunto de narraciones orales y de prácticas culturales asociadas (agüeros, rezos, conjuros, mágicos, etc.) que les han permitido convertir a este elemento en una parte sustancial del territorio que habitan en la actualidad. De allí que hayan poblado sus líquidos paisajes, entre otros referentes de la identidad negra, con serpientes colosales, con bellas y, a la par, peligrosas sirenas, con luces mister...
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